Un chico anormal

Pasa el tiempo y más me convenzo que las oportunidades o las sorpresas que me puede brindar la vida se han agotado. He roto cada corazón de personas que me lo han entregado en las manos, he sido bastante avaricioso para no aprovechar y sacarle provecho a mi presente, he sido una persona bastante insatisfecha al punto de cerrarme las puertas y ventanas y quedarme aislado de todas las personas que me han hecho ver mi realidad, he ido a contracorriente contándome una historia que sólo yo creo que tendrá un final feliz y no lo hay.

Me veo al espejo solo, sin nada de pertenencias físicas o creencias, queriendo que la religión reivindique mi camino y me muestre nuevamente la luz pero esta vez... ya no hay más. Ni una sola chispa, ni una mínima cantidad de electricidad en este cuarto tan oscuro que me hunde, me entierra, me está borrando todos y cada una de mis victorias y hace que vuelvan todos esos pensamientos que todo el mundo les llama: pesadillas.

Cada vez disminuye el número de personas que me rodea, es más difícil que puedan lidiar conmigo y es que no estoy cortado por la misma tijera que todos los demás y aparte de eso añádanle las experiencias que me ha tocado experimentar me dejan exhausto. Bien dice el dicho "todo por servir se acaba" y a mí me está llegando el tiempo de partir. 

No puedo culpar a nadie o aferrarme a una figura de la religión que me pueda sacar de aquí. Yo lo sé desde mi conciencia que a esta edad ya no me puedo autoengañar. He fallado en esta pelea donde tendré que resignarme a ser una máquina (zombie) como toda la gente que conozco. Destrozando sus sueños diario cada vez que tienen que hacer un trabajo mal remunerado, agotadores horarios laborales y un sin fin de personas que su única meta en la vida es aparecer en el correo de la empresa felicitándolo por su "gran desempeño".

Aunque si me gustaría que en algún momento la vida me responda ¿porqué no nací siendo una persona normal como todas las demás?

@RenatoGaga