De lo clandestino al mainstream; movimiento gay en la CDMX #BlogPrimerAniversario



Iniciábamos la primer década del nuevo milenio y en general aún no se sentía una desaprobación total de la gente por empatizar con el gobierno e incluso acudíamos a festejar el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución. Durante estos cambios en la ciudad se empezaba a gestar cambios sociales, como la celebración de los primeros matrimonios gay, en el entonces llamado Distrito Federal.



Mientras llegaba a la presidencia Felipe Calderón e intentaba frenar el narcotráfico en el país -que dejaría la más alta cifra de víctimas que se tenga memoria-, los gays elegían consumir cualquier droga mientras cantaban a coro Rolling in the deep de la recién descubierta Adele, bailábamos a ritmo de Rihanna y Katy Perry -únicas sobrevivientes de la realeza del pop-, llorábamos con el Primera Fila de Thalía y era tema de conversación las primeras cirugías que se practicaba Belinda


En los más jóvenes, no se tenía la obsesión interactiva hacia el mundo digital ya que los celulares en ese momento no eran "tan inteligentes", ni tomaban las mejores fotos, mucho menos sabíamos que ese tipo de foto que nos tomábamos muy a menudo sería llamada como "selfie". No existían institucionalizados los youtubers, ni había una fuerte dependencia por redes sociales o aplicaciones, el internet en la mayoría de los casos seguía lento y se usaba solamente en casa. 

Si, suena como si hubiera pasado toda una vida, pero realmente sólo han sido siete años desde aquellos tiempos en que en todos los antros gay; especialmente en Zona Rosa se sentía un gusto especial por el house y remixes de música electrónica. Todos bailando a ritmo de Offer Nissim, cada una de sus canciones convertidos en himnos para una comunidad que seguía siendo objeto de discriminación y bajo entendimiento. A pesar de estas transformaciones, la oferta de lugares nocturnos "de ambiente" era infinita, podías hacer lo que quisieras, escapar a mitad de la noche, y guardar aquella experiencia como un secreto colectivo, para evitar ser criticados o en los peores escenarios; encontrar aquel lugar en tu próxima visita completamente cerrado y con leyendas de clausurado.     


Eran jóvenes que en 2017 están alcanzando los treintas o más, por supuesto que había de toda mezcla de personas, identidades sexuales, tonos de piel o estatus económico y sabían distinguir entre lo bueno y lo malo, pero esto a nuestra generación en aquel divertido pasado no les importaba, mientras veían pasar las horas bailando, tomando y escuchando esos primeros beats que marcaron un estilo de vida dónde aún no se conocían los límites



Es por esto que durante este viaje en el tiempo, este texto nos hará descubrir aquellos lugares que marcaron una época de este segmento gay de aquella época, que son sobrevivientes de aquellas aventuras nocturnas o en otros casos acabaron con consecuencias mortales por repetir este estilo de vida semana a semana. Recordemos aquellos lugares que en un inicio tenías que ser muy valiente para poder visitarlos y ahora se han convertido en moda sin personalidad.





"El Internet Night Club"   

A un costado de la Alameda Central, sobre la calle de Doctor Mora y Colón se encuentra este sitio que era refugio de militares y casados muy curiosos por experimentar sus primeros encuentros gay. Para entrar se debe pasar la tienda de abarrotes y hasta el fondo subir las escaleras hasta el primer piso, adornado entre luces neón y mesas redondas a ritmo de una rockola, se hace la búsqueda por encontrar al mejor chacal y "dispararle" su caguama. Actualmente sigue abierto, ahora ya con red de Wi Fi que en un principio no tenía.    







"New Cine Club"


Un bar de muy baja reputación pero que albergaba aquellos extranjeros que veían en el, la oportunidad perfecta de ligar con un buen ejemplar mexicano. Con rockola y cuarto oscuro, este bar ubicado sobre Doctor Mora jamás descansaba, daba oportunidad de pasar desapercibido; desde profesionistas de alto rango, hasta prostitutos que trabajan en la Alameda, buscaban asilo en este lugar para encuentros reales y muy calientes. Actualmente se tuvieron que mudar sobre Paseo de la Reforma y calle Humboldt.





















Hysteria Discoteque


Siendo de los lugares más grandes para el público gay de la CDMX, es inevitable que este antro está totalmente enfocado para la comunidad travesti, transexual, transgénero y sus admiradores. Ubicado sobre Av. Central, a una cuadra de la estación del metro Flores Magón, es el único sitio donde tienen baños exclusivos para personas trans. Aunque por fuera da una imagen de sucio, peligroso y acabado, al dar el primer paso va uno descubriendo que es un escenario muy similar al de un teatro con todo y sus enormes cortinas rojas. Fue ahí donde Hugo Blanquet, participante de Comedy Central, daría sus pininos como conductor en el momento del show en este antro de dos pisos.     










Spartacus Disco Club


Si hablamos de lugares que esconden arrabal e historia del movimiento LGBT llegaremos hasta ciudad Neza al paraíso de los chacales: Spartacus. No sólo es de los primeros sitios abiertos exclusivamente para el público gay en México, también lo respaldan sus shows de imitadoras, gogos y strippers que dejan a cualquiera boquiabierto. Personajes como el director de cine Pedro Almodóvar o la cantante de Fangoria, por mencionar algunos, lo han hecho como uno de sus favoritos. Si tuviéramos que definir esta experiencia que incluye conocer a la conductora e imitadora Daudeth Alarcón y visitar su cuarto oscuro, sería la palabra kitch, no olviden visitarlo y quedar sorprendidos al observar la variedad del colectivo gay reunido en este antro tan surrealista.










PK Club


Desde que entrabas a este antro, mágicamente se perdía la noción del tiempo y dejabas llevarte por el house y demás vicios que juntos hacían que la fiesta nunca terminara. Sobre la calle Hamburgo, en la parte trasera de Reforma 222, se hacía enloquecer e incluso explotar a cualquiera que en algún momento fue y lo visito. Este lugar tenía magia al juntar a buenos dj's, gente que amaba la vida nocturna y un sitio que era apto para poder quemar la pista de baile. Definitivamente, un antro que dejaba a un lado las apariencias de cualquier antro gay para ocuparse y ser los número uno durante todos esos años. Lamentablemente, tanto fue el ruido y las masas de personas que lo visitaban que terminaron clausurando hasta el día de hoy ¿habrá otro en CDMX qué lo supere? Realmente, lo dudo.      











Rolling After Hours


Era tradición que después de salir a las 6 o 7 de la mañana del PK indudablemente seguir la fiesta en este after que los que realmente pertenecían al clan sabían que existían. Ubicado en una casa sobre la calle de Medellín a un costado de la estación del metrobús Alvaro Obregón, se encontraba Rolling. Eran solamente los adictos a la fiesta que tendrían que caer en algún momento en este lugar, que envuelto por la eterna oscuridad hacía que transcurrieran las horas tan rápidamente bailando y convocando a toda la comunidad gay -vía mensajes de texto o llamadas-, para seguir la fiesta. Siempre con un lleno absoluto y con música hasta la 12 del mediodía o más, al salir ya sólo pedías descansar, sobretodo por aquellas escaleras mortales que estaban en su entrada/salida. Igualmente de este lugar sólo queda el recuerdo hoy en día para la posteridad, curioso que las nuevas generaciones te hablen de after y nunca hayan conocido como era estar dentro de Rolling.      



Si bien existían otros sitios como Living o muchos más en Zona Rosa y el centro, pero esos ya son muy conocidos. En cambio estos rompieron un esquema, haciendo de los visitantes una segunda familia con la que divertirte, sé que son pocos los que llegaron a vivir esta época llena de desenfreno y arrebatos, pero era importante destacar que antes no se buscaba ser el mejor ni el más conocido, sólo dejaban que como en estos lugares, el público grabara muy buenos recuerdos de como no dejar morir la fiesta. 
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