Sexo sin amor


En la actualidad ¿será cierta el comentario que nos enseña Lars Von Trier cuando dice que "por cada cien delitos cometidos en nombre del amor sólo uno se comete en el nombre del sexo". Descabellada idea el pensar que un sentimiento puro aniquile más personas que un instinto animal, pero profundizando no es tan descarada esta teoría ¿cuántos casos de asesinatos han conocido entre dos personas durante el coito? y si comparamos esos números con los otros donde por una separación, infidelidad o divorcio terminan matando; escalofriante en lo que nos puede convertir el amor.

                    

Y es que a pesar de tener problemas mentales e inseguridades la mayoría son personas sanas y funcionales que buscan en una persona la oportunidad perfecta para formalizar una relación amorosa y llevar a otro nivel esos momentos espontáneos llenos de felicidad que les brinda una pareja. De inicio todo suele ser miel sobre hojuelas, no se logra realmente llegar a la sustancia de la persona sólo es una apariencia "en el amor todas las cumbres son borrascosas" decía el Marqués de Sade con sobrada razón. Un estado del ser donde no cuestiona, no mira objetivamente, dejándose llevar por impulsos y corazonadas, un estado inconveniente como el estar ebrio donde perdemos esa parte que nos hace tan únicos: personalidad.

                        

En cambio si lo comparamos con el sexo por el simple hecho de saciar esa necesidad nos encontramos que existen roles dentro del acto pero todos llevan hacia una finalidad: la satisfacción. Sea agresivo o dulce, perverso o inocente, en grupo o en pareja todos desean acabar con las ganas que les exige el cuerpo ¿dónde se oculta la mentira? En ningún lado, de hecho el sexo es considerado uno de los actos más honestos: sin ropa, ni estatus social o condición económica, sin discriminación de razas o géneros, fuera de estereotipos o cánones de belleza, no existe está burbuja que en el amor nubla la vista, entonces... ¿porqué no se practica más?

                   

Sin duda nuestro entorno tiene la mayoría de culpa en esta toma de decisiones: ¿cuántas canciones de amor se hacen comparadas con las que se refieren al sexo? ¿y la religión, el matrimonio o la sociedad? ¿cuántas veces juzgamos de una manera injusta a las personas que sin problemas deciden vivir su sexualidad sin límites? ¿ninfómana? ¿enfermo sexual, depravado? Múltiples etiquetas negativas para las personas libres de tabúes y reglas de ética dentro de una sociedad cada vez más hipócrita como lo dice Gaspar Noé en la película Love "el amor es extraño, me siento como un adicto ¿cómo puede algo tan maravilloso causar tanto dolor? Es mejor nunca amar"


El amor y su tonta idea romántica que hemos consumido en libros, películas o televisión sólo nos ha llevado a idealizar de más a las personas, dependencia emocional, pérdida del yo y una serie de síntomas provocan que hoy por hoy el querer una relación pasé a segundo termino anteponiendo a la familia, trabajo y amigos en los primeros lugares. Algo muy distinto a lo que el sexo ha ganado, no sólo se corona como una práctica de ejercicio revitalizante con múltiples beneficios a la salud, sino también es generadora de dinero desde los tiempos más antiguos teniendo como estandarte a la prostitución; el oficio más viejo en la historia de la humanidad. Y ni que decir de la industria del porno en la que además de ser de los negocios más rentables en la actualidad marcan pauta en los avances de la tecnología que se consumen a nivel mundial entonces ¿porqué seguirnos espantando de elegir este camino en lugar de vivir en fantasías por encontrar a la pareja ideal?

                             


No se trata de generalizar y ordenar que todos pensemos únicamente en sexo, tampoco llevar las cosas al extremo sabemos que manejarse así tiene consecuencias, sólo es cosa de espantar estas falsas ideas que nos han hecho creer para finalmente confirmarles la lección de Nymphomaniac "el ingrediente secreto del sexo es el amor" ¿será? 


                         
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