Cuento inspirado en "Telephone" de Lady GaGa



Teléfono

Por: Ricardo José Espinoza Jiménez



La imaginación y la percepción de las cosas puede tener dos posibles conclusiones: resultan ser verdaderas o solamente son una mala suposición de nosotros, que terminamos haciendo locuras por ellas. Fue como Sofía se encontraba manejando su auto, iba a 120km/h y su corazón estaba a punto de estallar, ese día sabría la oscura verdad que su esposo le había ocultado por tanto tiempo. Ella creía en su intuición, y además tenía pruebas contundentes sobre una posible amante: había esculcado en sus documentos del trabajo y había encontrado dos notas con hoja rosa que decían:

Tengo una noticia muy importante que darte, te cambiará la vida.


Ya habían pasado un mes de haber descubierto esas notas, pero en esa semana su esposo no había llegado a dormir a la casa los últimos tres días, eso ya era demasiado raro. Llevaban relativamente poco de haberse casado, medio año en el que ella no sabía si de verdad su esposo la amaba solamente a ella o tenía alguien más. Múltiples ideas se le vinieron a la mente: si era la vecina, la secretaría, hasta con su mejor amiga sentía desconfianza de que ella fuera “la otra”.

Decidió tomar el carro con la firme decisión de seguirlo, lo vio salir del edificio donde él trabajaba y ya llevaba media hora tras él, en ese momento corría la carretera de Cuernavaca, así que lo llamó a su teléfono para saber si le mentía o no.

El primer tono, el segundo, el tercero y directo al buzón de voz, pero ella intentó una vez más consiguiendo la misma respuesta, así que decidió dejarle un mensaje de voz, en él Sofía le decía:

-Ya sé que me mientes y lo vas a pagar muy caro

Sofía estaba decidida a castigarlo pero quería solucionar su situación con él, buscaba hablar y quería saber la verdad. Siguió metiendo velocidad, lo estaba perdiendo de vista y no quería que se extraviara entre las curvas de la carretera. En ese momento le marcaron a su celular, era su mejor amiga Brenda de la que tanto desconfiaba, la llamada era para preguntar cómo estaba y que si tenía tiempo de que se vieran, precisamente en una caseta rumbo a Cuernavaca, pues tenía una noticia muy importante que darle y Sofía tenía que saberlo. Ella le dijo que no podía, pero que sin duda la había decepcionado, colgó y ya no volvió a contestarle el teléfono.

¡Claro! Ya lo presentía, sin duda llegarían ella y su marido a decirle que se enamoraron perdidamente uno del otro y que le pedirían una gran disculpa pero querrían iniciar algo formal y el único obstáculo era ella.

No lo podía creer, cambiaría tanta amistad y tanto cariño por el marido de su mejor amiga; no pudo evitar sentirse de lo peor. Brenda era doctora y siempre cuando el marido de Sofía se encontraba enfermo recurría a ella, fue así como se conocerían, Sofía era la única culpable de ese amor, no podía dejar que fueran felices. ¿Por qué no la consultó? ¿Por qué no le dijo nada en su última visita a la clínica por el dolor de estomago y los vómitos incesantes?
El dolor seguía intensificando cada vez más, ya había vomitado dos veces pero no era razón suficiente para dejar el volante, ella descubriría la verdad ese mismo día y los dos pagarían por el daño hecho.

Volvió a marcarle a su esposo, pero el ya había apagado el teléfono, eso la enfureció, por no querer atender su llamada, ¿era demasiado mala como para no dedicarle dos minutos para hablar con ella? Justo en ese momento fue cuando en la caseta de cobro él se detuvo, Sofía también lo hizo, esperó unos instantes. El dolor era horrible y el vómito peor, ya no aguantaba más, tenía el mundo en contra de ella.

Observó cómo se bajó del carro su esposo, sacó de su bolsa su cajetilla de cigarros, y se fumó uno, ella creía haberlo visto todo cuando ¡oh sorpresa! Llego al lado del carro de su esposo un auto color azul, era Brenda. Su mejor amiga bajó con un sobre en la mano.

Se saludaron, sin poder disimular la felicidad que tenían al verse, ella comenzó a hablar, y él solamente se puso muy feliz, abrió el sobre, lo vio y la cargo con un enérgico abrazo a Brenda. Sofía ya se lo imaginaba, era el acta de divorcio, estaban felices por deshacerse de ella, por borrarla de su vida, a pesar de que gracias a ella se habían conocido.

No podía más, tenía que acabar con los dos. Si para ellos no era más que un impedimento para consumar su amor, ella acabaría con todo eso. Fue así como metió poco a poco velocidad a su auto iba directo en contra de ellos, tenía una distancia razonable, no podía acelerar tan rápido, fue en ese momento que su esposo prendió el celular y le marco a Sofía:



-¿Sofía? Mi amor, tengo algo muy importante que decirte y ya no puedo esperar
- ¿Cuál es tu noticia? ¿Nuestro amor se acabo?
-No mi amor, de donde sacas eso, es algo muy importante
-Pues si es tan importante dímelo, Diego

Ella estaba furiosa, quería cobrar venganza, nadie le ve la cara a Sofía. Y a punto de atropellarlos, el dijo:

- Brenda me acaba de dar la noticia, mi amor. Vamos a ser papás
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