Erase una vez el día en que murio Michael Jackson...
Narracion hecha por: Ricardo José Espinoza Jiménez
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Parecía ser un día común y sin nada especial que los demás, no se veía movilización de los seguidores del que fuera el rey del pop, parecía ser solamente un evento para mil personas; hasta llovió para entristecer mas la tarde del baile masivo, no había ensayos ni música, muy raro todo para hacer un homenaje.
Fue hasta que se detuvo la lluvia que comenzó el verdadero cariño de la gente por un ídolo, un cantante que dejo huella por lo menos en los mexicanos y que a pesar de sus chismes y vida personal nunca lo dejaron de adorar, miles de personas se darían cita en el monumento a la Revolución para ponerse a bailar lo que es un clásico en la carrera de Michael Jackson: Thriller.
Los chilangos nos olvidamos de crisis, influenza y tantos problemas para despejarnos con la familia o los amigos y pasarla bien en nuestra capital. La intención no sólo era bailar, si no romper el récord que había establecido Barcelona, para esto había mucha gente registrando a todos los participantes que con disfraces muy llamativos y muchas ganas de bailar iban con la decisión de superar la marca y hacer historia.
Los niños no sólo fueron porque sus padres los llevaron, se convirtieron en parte esencial del evento; todos ellos en personaje, con guantes y calcetines blancos, zapatos de charol, el pantalón negro, lentes oscuros y no podía faltar el sombrero que siempre lo caracterizaba.
Fue una gran sorpresa que siendo las 5 en punto dieran play a la pista y todo mundo esperara la señal de Héctor Jackson para iniciar los pasos de baile y ser vistos por todo el país y el mundo entero. Bailarines y admiradores estaban todos reunidos para hacer acto de presencia y comprobar una vez más que los mexicanos somos los más cálidos, alegres y entusiastas que en cualquier otro lugar.
El baile no sólo se dio en la plancha del monumento, se extendió hasta los costados hasta llegar a Reforma, era impresionante la cantidad de gente que con un baile en honor al rey fueron a divertirse sanamente, nada de discriminaciones ni pleitos a pesar de la diversidad de gente que asistió; gays, emos, punks, darks, ancianos, gente discapacitada, etc.
Después del baile se decidió cantarle las mañanitas porque justamente ese día era su cumpleaños, todos sus fans con toda la fuerza de su pulmón y entre lagrimas y llanto darle el último adiós al icono masculino del pop.
Nadie se lo creía ver tanta gente reunida a pesar de la poca información que circulo acerca del evento, pero al final se logro superar y por mucho, aunque quedara en la memoria de todos nosotros no solamente una cifra, si no fue una acción que colectivamente disfrutamos y vivimos.
Es así como se forman los verdaderos héroes de toda la gente, iniciando desde abajo, derrumbando barreras, llevando mensajes positivos a la gente con su música, y sobretodo teniendo la cercanía con el pueblo mexicano desde sus conciertos en el Estadio Azteca, se llevo no solamente dinero, si no el amor de un país por un artista que el sábado 29 de agosto del 2009 si hubiera estado vivo se sentiría realizado completamente por algo tan sencillo como unir a toda la gente sin importar clases sociales, ni razas, por lo que tanto el sufrió.
Es así como al final de tanto escándalo y amarillismo por su muerte, los niños de la plancha del zócalo gritaron terminando las mañanitas “Felicidades Michael”.
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